martes, 9 de diciembre de 2008
viernes, 5 de diciembre de 2008
No a La Captura de aves Silvestres:
Esclavizadas y estresadas
No existe tal cosa como un ave. Todas las aves en cautiverio fueron o capturadas o criadas en cautiverio. Ningún ave nació para vivir enjaulada.
En su estado salvaje, estos hermosos seres nunca se encuentran solos, y aunque estuvieran separados por un breve momento, llaman desesperadamente a sus compañeros de grupo. Se orientan en bandadas, vuelan y juegan juntos, y comparten tareas de incubación. Muchas especies de aves se aparean de por vida y comparten tareas en el cuidado de sus hijos. Muchas aves no aceptan una segunda pareja cuando pierden la primera.
Las aves que fueron criadas por el ser humano o las capturadas en su ámbito salvaje en general se vuelven neuróticas, arrancándose sus propias plumas o auto-mutilándose inclusive, a veces, hasta la muerte. Cuando son criadas, muchas especias se arrancan naturalmente sus plumas para preparar su nido y su lugar para empollar, pero cuando los humanos interfieren con este comportamiento natural y rompen sus ciclos biológicos e instintivos aprisionándolos, este acto de quitado de plumas se transforma en una compulsión destructiva.
El estrés es una experiencia diaria para aves en cautiverio. Las criadas por los hombres ansían cariño y compañía, y algunas veces no les gusta perder sus compañeros humanos de vista. No entienden el hecho de la separación temporales como por ejemplo en el momento de irse al trabajo, o peor, en vacaciones. Las aves sufren y hasta pueden morir de un corazón roto.
Las aves que son importadas de un ámbito salvajes en general se asustan o alarman fácilmente. Una persona mordida por un ave puede no querer acercarse a ella nunca más, condenándola a vivir encerrada en su jaula por el resto de sus días.