viernes, 5 de diciembre de 2008

No a La Captura de aves Silvestres:




Esclavizadas y estresadas

No existe tal cosa como un ave. Todas las aves en cautiverio fueron o capturadas o criadas en cautiverio. Ningún ave nació para vivir enjaulada.

En su estado salvaje, estos hermosos seres nunca se encuentran solos, y aunque estuvieran separados por un breve momento, llaman desesperadamente a sus compañeros de grupo. Se orientan en bandadas, vuelan y juegan juntos, y comparten tareas de incubación. Muchas especies de aves se aparean de por vida y comparten tareas en el cuidado de sus hijos. Muchas aves no aceptan una segunda pareja cuando pierden la primera.

Las aves que fueron criadas por el ser humano o las capturadas en su ámbito salvaje en general se vuelven neuróticas, arrancándose sus propias plumas o auto-mutilándose inclusive, a veces, hasta la muerte. Cuando son criadas, muchas especias se arrancan naturalmente sus plumas para preparar su nido y su lugar para empollar, pero cuando los humanos interfieren con este comportamiento natural y rompen sus ciclos biológicos e instintivos aprisionándolos, este acto de quitado de plumas se transforma en una compulsión destructiva.

El estrés es una experiencia diaria para aves en cautiverio. Las criadas por los hombres ansí­an cariño y compañí­a, y algunas veces no les gusta perder sus compañeros humanos de vista. No entienden el hecho de la separación temporales como por ejemplo en el momento de irse al trabajo, o peor, en vacaciones. Las aves sufren y hasta pueden morir de un corazón roto.

Las aves que son importadas de un ámbito salvajes en general se asustan o alarman fácilmente. Una persona mordida por un ave puede no querer acercarse a ella nunca más, condenándola a vivir encerrada en su jaula por el resto de sus dí­as.





Cuidemos a las especies que libres pueden volar.